Elogio del maquillaje la apasionante historia del último Degas autentificado


En la historia del arte, los burdeles han sido retratados por diversos artistas a lo largo de los siglos. Desde Vermeer con su "Entremetteuse" de 1656 hasta los trabajos caricaturescos de Thomas Rowlandson en el siglo XVIII, y las audaces representaciones del siglo XIX de artistas como Constantin Guys, Gavarni, Forain, Toulouse-Lautrec y Edgar Degas. Específicamente, Degas, entre 1875 y 1885, exploró los burdeles en su obra, creando aproximadamente cincuenta monotipos y pasteles que se encontraron en su estudio tras su muerte en 1917. Además de sus famosas bailarinas y escenas de carreras de caballos, Degas añadió las casas de citas a su repertorio artístico, lo cual plantea interrogantes sobre su interés en estas temáticas.
Edgar Degas, conocido principalmente por sus representaciones de bailarinas y escenas de la vida cotidiana parisina, se interesó inesperadamente por los burdeles en un periodo relativamente breve de su carrera. Entre 1875 y 1885, produjo una serie de monotipos y pasteles que retrataban la vida dentro de estas casas de citas. Este interés ha sido objeto de debate entre los historiadores del arte. Algunos sugieren que Degas, al igual que otros artistas de su tiempo, estaba explorando nuevos ámbitos de la vida urbana que contrastaban con su entorno burgués. Otros argumentan que su aproximación era más voyeurista, reflejando un interés psicológico más que un compromiso físico con estos lugares. La fascinación de Degas con los cafés-cantantes, otro de sus temas recurrentes, refuerza la idea de su interés por las facetas más populares y menos refinadas de la sociedad parisina.

"Eloge du Maquillage", un pastel sobre cartón de 47,8 x 62,3 cm, firmado por Degas, es una obra que refleja la maestría del artista en capturar la complejidad y la intimidad de la vida en los burdeles. Este pastel es una variación del monotipo "Le Client sérieux" (Museo de Bellas Artes de Ottawa), donde Degas reutiliza y amplía detalles específicos, centrándose en las figuras femeninas de la escena original. El título "Eloge du Maquillage" evoca el ensayo de Charles Baudelaire "Eloge du Maquillage" en "Le Peintre de la vie moderne" (1863), donde Baudelaire elogia el arte del maquillaje como una herramienta para trascender la naturaleza y cautivar los corazones y las mentes. Esta referencia literaria añade una capa de sofisticación y reflexión sobre el papel del arte en la vida cotidiana y la belleza artificial.
La historia de "Eloge du Maquillage" es fascinante y compleja. Julián Bastinos, contemporáneo de Degas y miembro activo de la colonia de artistas españoles en París, adquirió la obra directamente del artista. Bastinos, apasionado por la cultura, la música, la literatura y la educación, tenía una relación cercana con Degas y otros intelectuales de la época, como Victor Hugo y Emile Zola. En París, Bastinos trabajó con los hermanos Samuel y Daniel Urrabieta en Montparnasse y también colaboró con la fábrica de porcelana de Sèvres, dirigida por Jules Champfleury, quien también conocía a Degas.
Bastinos llevó "Eloge du Maquillage" a Egipto, donde vivió y trabajó en la Corte Internacional de El Cairo hasta su muerte en 1918. La obra fue enmarcada en Alejandría por A. Marcovitch, un reconocido enmarcador de la época. Tras la muerte de Bastinos, el pastel fue trasladado a Barcelona, donde fue incautado poco antes del estallido de la Guerra Civil Española en 1934. La obra fue "recuperada del enemigo" por el Servicio de Defensa del Patrimonio Nacional y devuelta a la familia en 1940. Posteriormente, fue adquirida por Juan Llonch Salas, presidente de la Academia de Bellas Artes de Sabadell, permaneciendo en la familia Llonch durante varias generaciones.

El análisis técnico y pigmentario realizado en julio de 2023 por el Laboratorio I&R de Madrid confirmó que "Eloge du Maquillage" es una obra auténtica de Degas de la segunda mitad del siglo XIX. La firma de Degas, que siempre dejaba la "S" a medio terminar y pintaba la "D" de una forma específica, fue comparada con otras obras confirmadas del artista, consolidando la autenticidad del pastel. Este análisis, junto con la reconstitución histórica de la procedencia de la obra, añade una pieza importante al corpus conocido de Degas, compuesto por aproximadamente 1.750 pasteles y pinturas referenciadas en el catálogo razonado digital
La obra fue exhibida brevemente en la Sala Gaspar de Barcelona en 1952 y recientemente en el Ateneo de Madrid. Esta exposición, aunque única, permitió al público y a los especialistas apreciar de primera mano la maestría de Degas en una de sus facetas menos conocidas pero igualmente fascinantes.

El redescubrimiento de "Eloge du Maquillage" no solo enriquece el conocimiento y la apreciación de la obra de Degas, sino que también arroja luz sobre las conexiones culturales y artísticas de la época. La relación de Degas con Julián Bastinos y otros intelectuales y artistas parisinos muestra cómo las redes culturales del siglo XIX eran tanto locales como internacionales, con obras de arte viajando y encontrando nuevos contextos y significados a lo largo del tiempo.