La Luz de Sorolla ilumina Madrid


El arte español de finales del siglo XIX y principios del XX es incomprensible sin la figura icónica de Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 1863 - Cercedilla, 1923), tal como se destacó en las celebraciones del Año Sorolla. Colnaghi se ha unido a esta conmemoración con una serie de cuatro exposiciones tituladas "Sorolla. Una celebración de la vida", que han recorrido Nueva York, Londres, Bruselas y ahora Madrid. Esta exposición es la primera que Colnaghi presenta en su nuevo espacio madrileño (General Castaños, 9-bajo). En la reciente inauguración, Jorge Coll, CEO de Colnaghi, y Dámaso Berenguer, director de la galería en Madrid, recibieron a casi un centenar de personas, entre coleccionistas y familiares del pintor valenciano. La muestra permanecerá abierta hasta el 19 de junio.

En la Galería Colnaghi de Madrid se exhiben 16 obras que abarcan el período de 1893 a 1918, principalmente óleos sobre lienzo y dos gouaches. Estas obras representan gran parte de los géneros que Sorolla dominó con maestría: escenas costumbristas, retratos, paisajes marinos y la luz del Mediterráneo, así como niños jugando en la playa. Las composiciones muestran una notable libertad, virtuosismo en el dibujo, pinceladas sueltas y una sólida preparación técnica. En muchas de sus pinturas se aprecia su proceso creativo, que oscila entre lo convencional y lo instantáneo, característico de su singular voz en la pintura española de la transición de siglos.

"Nuestra expectativa con 'Sorolla. Una celebración de la vida' es contribuir a la celebración de este gran artista, quien combina la mejor calidad de la escuela española con el surgimiento del cosmopolitismo y la internacionalización del arte español, valores que Colnaghi también defiende", afirmó Dámaso Berenguer.
Aunque resulta difícil destacar una obra en particular, Berenguer señaló "Fiesta Valenciana" (1893) como destacada, creada tras los años de formación de Sorolla. Otros retratos importantes incluyen "La señora de Artal" (1899), "Elenita en su pupitre" (1898) y el retrato del abogado Charles Harrison Tweed (1909). Tampoco se deben olvidar las escenas de playa en Valencia, especialmente "Niños en la playa" (1908), que se exhibió en su primera exposición en Nueva York, y el boceto del mismo año "Niños bañándose en la playa", que revela su técnica y forma de trabajar.

En la primera sala se pueden ver dos gouaches pintados en 2018, una terraza con flores (1900), y cuatro retratos, incluido uno al aire libre de la señora de Artal y otro de un joven castellano en un interior (1912). También se destacan las aproximaciones psicológicas a Manuel Ducassi y Laiglesia (1905), y la expresividad en los ojos del abogado Charles Harrison Tweed (1909). Sobresale especialmente el retrato de su hija Elena en su pupitre (1898), que muestra influencias de Velázquez y un delicado uso del cromatismo.

En la sala que da a la plaza de la Villa de París, además de las mencionadas por Berenguer, se encuentra un óleo abocetado del Puerto de Pasajes en Guipúzcoa y barcas varadas en la playa, que contrastan la luz del norte con la mediterránea. También se exhibe "Elaboración de la pasa en Jávea" (1900) con figuras abocetadas resguardándose del sol, y la gama de azules en "Niños bañándose en la playa" y "Niños en el mar" (ambas de 1908), que capturan la instantaneidad del talento de Sorolla.
En conjunto, la exposición en Colnaghi celebra la vitalidad y alegría que emanan de las composiciones del maestro valenciano, ofreciendo una visión integral de su legado artístico.

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