La Magia de Agnès Varda, Fotografiar, Filmar y Reciclar
La exposición "Agnès Varda: Fotografiar, filmar, reciclar" en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona rinde homenaje a una de las cineastas más innovadoras y comprometidas del siglo XX.


La exposición "Agnès Varda: Fotografiar, filmar, reciclar" en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) rinde homenaje a una de las cineastas más innovadoras y comprometidas del siglo XX. Para apreciar mejor su legado, analizamos algunas claves esenciales de su perspectiva sobre la vida, el cine y el arte contemporáneo.
Agnès Varda (Bruselas, 1928 - París, 2019), pionera de la Nouvelle Vague, fue una cineasta que rompió barreras. Su constante deseo de experimentar la llevó a desafiar las convenciones narrativas y visuales de la industria cinematográfica, conectándose profundamente con los temas sociales y políticos de su tiempo y reinventándose constantemente a través de la fotografía y la instalación artística.
La exposición, abierta hasta el 8 de diciembre de 2024 en el CCCB, recorre su carrera mediante una colección de películas, fotografías y otras obras de arte. Esta muestra destaca su habilidad para explorar y jugar con diversas formas artísticas y profundiza en su vida, evidenciando su esfuerzo por hacer cine con recursos limitados y su búsqueda de reconocimiento.
Como parte de la exposición, se inaugurará el "Laboratorio Varda", un espacio interactivo que permite a los visitantes sumergirse en el mundo creativo de la autora. Además, la Filmoteca de Catalunya presentará un ciclo de proyecciones de algunas de sus películas, incluyendo 'La Pointe Courte' (1954), 'Cléo de 5 à 7' (1962), 'Sans toit ni loi' (1985), 'Les Glaneurs et la Glaneuse' (2000) y 'Visages Villages' (2017).

Agnès Varda fue una de las pocas mujeres directoras en la vanguardia de la Nouvelle Vague, junto a figuras como Jean-Luc Godard y François Truffaut. En su primer largometraje, 'La Pointe Courte' (1955), demostró su capacidad para romper normas, explorando temas íntimos y profundos y empleando técnicas innovadoras como la mezcla de actores profesionales y no profesionales, la combinación de documental y ficción, y un estilo narrativo no lineal con tomas largas y ángulos inusuales.
Antes de adentrarse en el cine, Varda fue fotógrafa y retratista. Esta experiencia inicial influyó profundamente en su estilo visual y narrativo, dotando a sus películas de una sensibilidad particular. Sus primeros trabajos fotográficos se centraron en la vida cotidiana y en pequeñas historias en los márgenes de la sociedad, enfoque que trasladó a su cine, donde cada fotograma está cuidadosamente compuesto y la atención al detalle visual es evidente. Su experiencia como fotógrafa le permitió experimentar con la luz y la composición de formas innovadoras para su época.

Varda introdujo el término "cinécriture" para describir su enfoque del cine, donde el guion, la dirección y la edición se entrelazan inseparablemente, creando una obra cohesionada y única. Consideraba el cine como una forma de escritura con imágenes en movimiento, donde cada decisión creativa desde la preproducción hasta el montaje final forma parte de un todo unificado. Este concepto se aprecia claramente en películas como 'Cléo de 5 a 7' (1962), donde la estructura narrativa y la estética visual trabajan juntas para explorar temas de identidad y mortalidad.
A lo largo de su carrera, Varda se dedicó a representar y dignificar a personas anónimas y marginales. En películas como 'Sans toit ni loi' (1985), que cuenta la historia de una joven vagabunda que muere sola en una zanja, y 'Les Glaneurs et la Glaneuse' (2000), que sigue a personas que recogen alimentos y objetos desechados, Varda ofreció una mirada empática y crítica a través de historias que destacan la humanidad y dignidad de aquellos que normalmente son ignorados por la sociedad y el cine convencional.

Varda fue una figura clave en la efervescencia social y política de su tiempo, participando activamente en movimientos como el feminismo, el movimiento hippie y la lucha de los Black Panthers. En 'Black Panthers' (1968), documentó el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, capturando momentos cruciales de la lucha de los afroamericanos por la igualdad. Su película 'L'une chante, l'autre pas' (1977) es un manifiesto feminista que sigue la vida de dos mujeres durante la lucha por la legalización del aborto en Francia.
La capacidad de Varda para hacer cine con recursos limitados demuestra su ingenio y pasión por la narración visual. Películas como 'Daguerréotypes' (1975), un documental sobre las tiendas y residentes de la rue Daguerre en París, muestran cómo Varda podía crear obras significativas con presupuestos mínimos. Su enfoque DIY (hazlo tú mismo) y su habilidad para encontrar belleza y significado en lo cotidiano le permitieron producir películas que son tanto artísticas como accesibles.
"Tengo curiosidad. Punto. Todo me parece interesante. La vida real. La vida falsa. Los objetos. Flores. Los gatos. Pero sobre todas las personas. Si mantienes los ojos y la mente abiertos, todo puede ser interesante".
Agnès Varda
El amor de Varda por los gatos se manifiesta en obras como 'Le Lion Volatil' (2003), un cortometraje lleno de encanto donde aparecen como elementos mágicos que conectan la realidad con la fantasía. También en su cortometraje 'Homage to Zgougou the Cat' (2002), Varda celebra la vida de su querido gato Zgougou.
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