La visión futurista de Frank Lloyd Wright para la isla Ellis

La visión futurista de Frank Lloyd Wright para la isla Ellis

La isla Ellis, un símbolo conmovedor de la historia de la inmigración en Estados Unidos, recibió casi 12 millones de inmigrantes entre 1892 y 1954. Hoy, alberga el Museo Nacional de la Inmigración, pero su destino pudo haber sido muy diferente. Tras el cierre de la estación de procesamiento, varias propuestas surgieron para reutilizar la isla, incluyendo una de Frank Lloyd Wright, el renombrado arquitecto.

Después de que la Administración de Servicios Generales de EE. UU. (GSA) abriera la isla a desarrolladores, se presentaron diversas ideas que iban desde un centro turístico hasta una prisión. Entre estas, destacó una propuesta de la Damon Doudt Corporation, liderada por el locutor de NBC Jerry Damon y el director Elwood Doudt. Su visión era crear una "ciudad del futuro completamente autónoma" diseñada por Wright.

El proyecto de Wright, llamado Proyecto Clave, homenajeaba a Ellis Island como "la clave para una tierra de libertad y oportunidades". El ambicioso plan, con un costo estimado de 93 millones de dólares, proponía revitalizar los 27 acres y medio de la isla con una infraestructura que promovería una vida tranquila y inspiradora, alejada del bullicio urbano. Wright estaba entusiasmado con esta idea, afirmando que era "prácticamente hecha a pedido para mí".

El diseño central del Proyecto Clave consistía en un podio circular que cubriría la isla rectangular, desde el cual surgiría un complejo habitacional. Se proyectaban apartamentos para 7,500 residentes, dispuestos en una estructura similar a una pila de platos desplazados. Encima de estos, se alzarían siete torres en forma de candelabro que albergarían más apartamentos y un hotel de 500 habitaciones. En el centro, un gran globo sostenido por marquesinas de plástico protegería las plazas inferiores.

El proyecto incluía también teatros, hospitales, iglesias, escuelas, una biblioteca y un estadio deportivo, distribuidos en estructuras circulares a lo largo del borde de la isla. Las aceras móviles reemplazarían a los automóviles, y un embarcadero tendría capacidad para 450 yates, ofreciendo un ambiente libre de congestión y ruido, en contraste con el cercano Manhattan.

Proyecto clave para Ellis Island, dibujo de Taliesin Associated Architects, 1962. Cortesía de los archivos de la Fundación Frank Lloyd Wright (Museo de Arte Moderno | Biblioteca Avery de Arquitectura y Bellas Artes, Universidad de Columbia, Nueva York). Copyright © Fundación Frank Lloyd Wright

Para convertirla en una ciudad verdaderamente autónoma, el Proyecto Clave integraría todas las comodidades necesarias para la vida diaria. Los residentes tendrían acceso a una variedad de servicios y entretenimiento sin necesidad de salir de la isla. La idea era crear un entorno que promoviera una vida equilibrada y sin estrés, con todas las facilidades modernas al alcance de la mano.

A pesar de la visión innovadora de Wright, el Proyecto Clave nunca se concretó. Wright falleció el 9 de abril de 1959, habiendo dejado solo un boceto preliminar. Aunque su yerno, William Wesley Peters, y los promotores del proyecto desarrollaron más tarde un conjunto completo de dibujos, la GSA rechazó todas las propuestas presentadas.

En 1963, el alcalde de Nueva York, Robert F. Wagner, propuso que Ellis Island se conservara como parque museo y monumento. Dos años después, se incorporó al Monumento Nacional de la Estatua de la Libertad, y el museo abrió en 1990. Aunque la utopía futurista de Wright no se realizó, su legado perdura en Nueva York a través de su última gran obra, el Museo Solomon R. Guggenheim, inaugurado en octubre de 1959.

La isla Ellis evoca imágenes en tonos sepia, marcadas por hechos históricos y mitos nacionales. Hoy, el Museo Nacional de la Inmigración en Ellis Island educa a los visitantes sobre esta rica historia, aunque la visión de Wright de una "ciudad del futuro" permanece como un fascinante "qué podría haber sido". La propuesta de Wright para Ellis Island reflejaba su pensamiento avanzado sobre el urbanismo y su deseo de crear entornos habitables que fueran más allá de las simples estructuras arquitectónicas.

La ejecución de esta utopía urbana de la era espacial, aunque nunca se materializó, muestra la amplitud de la imaginación de Wright y su capacidad para concebir proyectos que desafiaban las normas convencionales. Su idea de una ciudad autónoma, libre de la congestión y el ruido típicos de las grandes urbes, sigue siendo un testimonio de su genio y su visión de un futuro mejor.

En resumen, aunque la Isla Ellis nunca se transformó en la futurista "ciudad del futuro" que Wright había imaginado, su propuesta sigue siendo una parte intrigante de la historia de la arquitectura y una reflexión sobre las posibilidades no realizadas de la innovación urbana.